El baúl de los recuerdos...

Es interesante recordar cómo han ido cambiando las cosas, las situaciones, las personas, las perspectivas... a lo largo de la vida. Por más que nos empecinemos en darle un giro distinto a quienes somos y a lo que hacemos, la vida nos devuelve un poco de lo que queremos cambiar o por lo menos, eso hace conmigo. Mientras hace algunos posts atrás hablaba de que era hora de realizar cambios, la noche de ayer un simple mensaje me hizo devolverme al pasado, a cabilar sobre lo que fui y lo que soy y a plantearme el cuestionamiento de qué cambiaría de lo que hice, si podría regresar el tiempo y, casi automáticamente, la respuesta viene a mi cabeza... no cambiaría nada. Alguien alguna vez me dijo que el único pecado que existe es el arrepentimiento, y estoy de acuerdo con eso; pienso que se debe vivir de tal manera que lo que se haga no provoque en nosotros tal sentimiento.

El hecho de haber recibido el mensaje aquél, hizo que revisara mi baúl de recuerdos (aunque más bien se parece a una caja un poco descuidada, pero sirve bien) y lo que hallé entre varias fotos, notas, cartas, recuerdos y poemas fueron varias sonrisas. Puedo decir que, sea lo que sea en lo que me vaya a convertir en un futuro cercano o no, lo que ahora soy me trae una buena satisfacción, porque he podido cerrar bien los capítulos de mi vida y empezar con nuevos sin tener aquella nostalgia enfermiza que provoca anhelar siempre el pasado, y esto me hace bastante feliz...

En fin, no se si se entienda lo que trato de decir, pero la conclusión de este post tan meloso es que estoy contenta... :)