jueves, octubre 16

Y bueno....


En vista de que ha sido largo el tiempo en el que no he escrito una entrada, hoy no pienso aburrir contando una anécdota y/o justificando el hecho de no haber aparecido por este sitio. Sin embargo, creo que hace falta explicar que la razón principal, además de la falta de tiempo, para no haber posteado algo interesante ha sido, sin lugar a dudas, la falta de inspiración.

Hasta hace poco, mi vida se había sentido como si se encontrara en pausa, como si yo estuviera detenida en el tiempo y nada tuviera la voluntad de cambiar. La rutina de ir de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, se había convertido en mi aventura diara; hablar y juntarme con gente que no hacía nada más que describir sus eventos laborales tampoco me hacía nada bien. Llegué a la conclusión de que mi habilidad por encontrar en la simpleza de la vida aquello que nos obliga a despabilarnos, había desaparecido. Incluso llegué a pensar que tal vez el motivo de uno que otro fracaso en materia amorosa, se relacionaba con mi reciente incapacidad de querer hallar cosas interesantes en los demás; y así, quise dar una solución rápida e inmadura al tema... dejar de conocer gente para evitar la fatiga de conocerla a profundidad.

Sin embargo la vida ha sabido dejarme con la boca callada una vez más, ya que no solo volví a ilusionarme, sino también he vuelto a sentir esa sensación de mariposas en el estómago y esos nervios de quinceañera (jaja sepan perdonar si he sonado cursi) que hacen que tus pies se eleven del suelo. No creo en el destino ni tampoco en almas gemelas, pero últimamente me he puesto a pensar ¿qué tanto influye el azar en nuestras vidas? Jamás me hubiera imaginado encontrar el amor en el sitio en donde mi estado emocional inicial se formó, nunca hubiera creido que dentro de la oficina podría encontrar a alguien con la capacidad de hacerme volar solo con sentir su mirada sobre mi, y no obstante, lo encontré en el sitio del que me estaba cansando. ¿Por qué será que a la vida le gusta manejar ese tipo de estrategias?

Y bueno, no me queda más que estar constantemente agradecida porque él haya aparecido como aquél diferencial que puede colocarme una sonrisa diaria a pesar de que todo vuelva a ser como siempre ha sido...igual, solo que ahora aquella rutina tiene un sabor diferente...

1 comentario:

the lines on my face dijo...

eeeee!!! regresaste y suenas, bueno te lees contenta... qué bien! me da mucho gusto y estoy de acuerdo contigo... muchos abrazos ;)